Fator XPTO: El don de la frescura.

Después de trabajar y aprender de grandes zonas como Priorat, Bordeaux, Chianti o New Zeland, tenía la necesidad de elaborar vino libre, que exprese el carácter singular de este rincón de La Rioja, tan alto, tan puro… En 2012 me embarco en este proyecto de vida en mi tierra, a los pies de la Sierra de Toloño. Es una región mágica, un camino natural recorrido desde hace miles de años, protegido del frío del norte por nuestro gran monte. Las vides crecen y se desarrollan con seguridad, enraizadas en un suelo de rocas que son hijas de la sierra, de su erosión pausada. El entorno del viñedo muestra todos los matices de un Mediterráneo montañoso, aromático y tenaz. Las laderas, encaradas al sur, concentran el vigor del sol y un tenue influjo atlántico, capaz de aportar un respiro de frescor en los días de más calor. Las uvas autóctonas de Tempranillo y Viura alcanzan aquí una expresividad definida, a la vez sensible y enérgica. En octubre, con los primeros fríos, llega la vendimia. Un trabajo minucioso, cuidado al detalle. Solo las mejores uvas se seleccionan y cosechan a mano. Dentro de la bodega, el paso de los días fermenta el fruto, depositado en pequeños tanques. El vino madura más tarde en barricas y en grandes ánforas de cerámica. Trascurre así un proceso sereno y pausado, sujeto a los tiempos de la naturaleza y con la impronta de gestos y maneras que la tradición nos ha legado. Siempre embarcada en nuevos proyectos, recuperando viñedos viejos desde la biodinámica y descubriendo las maravillas de las variedades antiguas, casi olvidadas en algunos casos y con un potencial enorme.